jueves, 4 de febrero de 2010

¿Adoptar o comprar un perro?


En primer lugar, tener un cachorro (o un perro adulto) supone una gran responsabilidad. Necesitan ejercicio, cuidados veterinarios, atención y cariño... antes de tomar la decisión de comprar/adoptar un animal, deberíamos tener claro que tenemos recursos y tiempo para proporcionarles todo lo que necesitan. Si no, quizá deberíamos plantearnos tener otra mascota que requiera menos atenciones que un perro, como puede ser un gato o un conejo enano, que no necesitan salir a pasear, por ejemplo.

En cualquier caso, si tenemos claro que podemos y queremos un perro, la siguiente decisión a tomar es si lo compramos o adoptamos. Cada año miles de perros son abandonados, porque sus dueños no pueden/quieren cuidarlos o porque ha nacido una camada de la que no pueden/quieren hacerse cargo (otro día hablaré de la importancia de la esterilización). Todos esos perros acaban atropellados, se hacen salvajes y forman manadas que pueden resultar peligrosos o un problema de salud pública, o terminan en las perreras municipales donde son sacrificados si nadie los reclama o adopta en 15 días (excepto en algunas comunidades autónomas, como Cataluña, donde no los sacrifican, pero eso lleva a que las perreras se saturen y no puedan acoger a todos los perros abandonados que hay por ahí). Los que tienen más suerte acaban en las protectoras, donde voluntarios los cuidan, vacunan y desparasitan y les intentan encontrar un hogar.


A pesar de los esfuerzos de estos voluntarios, las protectoras también se encuentran saturadas, además de los pocos fondos que tienen para todos los gastos (se hacen cargo, por ejemplo, de las operaciones de los animales que llegan atropellados). En estos centros se pueden encontrar de todo y para todos los gustos: perros pequeños, medianos, grandes, cachorros, adultos o incluso viejillos, y de todas las razas (o combinaciones de ellas) posibles. Aunque no es sencillo encontrar animales de pura raza, algunos hay (el de al foto es Radagast, mi husky puro adoptado en protectora).

La mayor parte de la gente, cuando se plantea tener un perro, busca un cachorro de raza. Sin embargo, eso no es siempre la mejor idea.

¿Por qué es mejor un animal adulto que un cachorro?
Los cachorros necesitan mucha más atención, cuidados y educación. No es sencillo conseguir que un cachorro se convierta en un adulto educado y equilibrado, durante los primeros meses de vida es cuando debe socializarse, aprender el lenguaje canino y las normas humanas. Enseñarle a hacer sus necesidades fuera de casa, que no te rompa los muebles cuando se queda solo o que no sea excesivamente celoso o miedoso no es tarea sencilla. Puedes acabar de él hasta las narices. Los adultos ya vienen con eso aprendido, y enseñarles que vengan al oír su nombre o que se sienten o traigan una pelota es mucho más sencillo y, sobre todo, divertido.
Tienen menos enfermedades, ya que el periodo en el que son más sensibles ya ha pasado: menos gasto en vacunas y veterinarios. Y, sobre todo, su personalidad y aspecto físico ya se ha desarrollado. Un cachorro, al crecer, puede que no se adapte totalmente a lo que buscamos de él: demasiado nervioso o tranquilón para nosotros, o quizá buscábamos un perro pequeño y se ha hecho demasiado grande. En los adultos, podemos escoger directamente lo que estamos buscando.
Para mí, la mejor edad para acoger a una nueva mascota sería entre los 8 meses y los 2 años.

¿Por qué es mejor un perro cruzado que uno de raza?
¿Os suena el concepto de "vigor híbrido" o heterosis? ¿y la consanguinidad? Desde hace décadas se utiliza la heterosis en la producción tanto animal como vegetal y consiste en que la productividad de un cruce es superior a la media que la de sus padres puros. Este concepto tampoco se puede aplicar directamente en la cría de perros, ya que no buscamos en ellos una "productividad", sin embargo, en los animales de raza deberíamos tener mucho cuidado con su pedigree, el origen de esos animales y cómo han sido criados.
Muchas veces no se tiene en cuenta la consanguinidad, cruzándose entre hermanos o padres con hijos, sobre todo en razas que se "ponen de moda" o animales que tienen una característica especial apreciada, como un color de capa u ojos más valorados. Esto lleva a problemas congénitos, muchos de ellos ya se han fijado en las distintas razas, como la ceguera congénita de los dálmatas, problemas respiratorios en razas chatas o displasia de cadera en razas grandes. Además, una gran cantidad de perros de raza son traídos ilegalmente desde Europa del este para ser vendidos en tiendas oficiales o criaderos, con los problemas que ello conlleva (enfermedades: parvo, RABIA!!, animales en mal estado, etc.):


Así, aunque adoptar es una solución estupenda, si estás enamorado de una raza concreta, ten en cuenta los siguientes consejos para no gastarte un dineral en un perro con problemas:
- Compra preferentemente en criadores, antes que en tiendas (donde no está claro su origen) o a particulares o en mercadillos.
- Asegúrate de que han estado con su madre hasta al menos los dos meses, si puedes ver la camada con la madre a la hora de escoger al perro, mejor.
- No compres por internet, vale que encuentres el contacto, pero queda con el vendedor para ver la camada y escoger al perro.
- Antes de comprarlo, exige una revisión veterinaria específica para esa raza, que estén libres de parvo y enfermedades congénitas.
- Evita animales muy consanguíneos: su padre y su madre no deberían estar emparentados.
- Ojo al microchip: lo lleve puesto o no, te va a costar lo mismo darlo de alta. Si lo lleva, debe ser español, o tendrás problemas a la hora de darlo de alta, si no lo lleva, deberás vigilar que la cartilla de vacunación y la garantía que te dan pertenece al animal que compras.
- Lo barato puede salirte caro: si por ahorrarte unos euros compras sin garantías, puede que te cueste mucho más el gasto veterinario posterior, o incluso que el cachorro muera.

De todas formas, antes de comprar, échale un vistazo a estas direcciones:

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